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lunes, 17 de junio de 2013

Body sushi, fetiche propicio de los preliminares sexuales.


Cuando aprieta el calor buscamos la forma más refrescante de disfrutarlo: sea tomando zumos de frutas, acaramelados dulces o refrigerantes helados… Y, a pesar de que en nuestra infancia nos han repetido una y otra vez que “con la comida no se juega”, nuestro díscolo espíritu decide una vez más saltarse las normas y convertir el cuerpo en la superficie ideal para otra forma de fetichismo sexual, donde mezclamos erotismo y comida.

Es un juego excitante que puede practicarse en pareja o, por qué no, entre swingers; con dulces, salados o un punto picantes, pero sin duda afrodisiacos manjares por la sugestiva forma con la que decidimos ingerirlos. Aunque, en definitiva, sólo pretende ser un juego erótico que favorece los preliminares sexuales que tanta falta nos hacen.

Activa, de forma, soberbia la libido lamer una sustancia dulce sobre la piel sensible de un ombligo o bajo la sabrosa turgencia de unos pezones erguidos o,  quien sabe, la zona que eliges para deleitarte lengüeteando un cuerpo deseable.

El juego empezó cuando a un japonés se le ocurrió comer porciones de sushi sobre el cuerpo desnudo de sus hermosas geishas, denominándolo Nyotaimori. Y, aunque no tengamos la privacidad en nuestras manos y no acabe la escena en sexo, como pasaría en la intimidad de casa, existen lugares específicos para llevar a cabo esta práctica, apodados "Body Sushi" dentro de nuestra misma ciudad.

Para cumplir las leyes sanitarias de algunos países, es necesario interponer una capa de plástico u otro material entre el cuerpo y la comida y, así, sin pretenderlo, originamos otra forma muy voluptuosa de fetichismo visualizando a una persona desnuda envuelta en film transparente. Y puesto que el fetiche es una práctica erótica que ‘condimenta’ la relación, resulta estimable hacerse con uno, sea cual sea.

Mientras tanto, aunque mucho más ‘light’ pero no menos sexy por ello, unta cual famoso acuarelista lo que se te antoje sobre el cuerpo desnudo de tu amante con pintura de chocolate, para luego borrar las huellas succionando con la sedosidad labial el delicioso sabor a Nocilla. Entretanto, piensa qué próximo fetiche va a sorprender a tu incondicional compañero/a de juegos.

Tú decides si acabas el festín con una buena ración de sexo o continúas alargando de forma saludable la parafilia, encantando con una cantidad elevada de placer sexual a tu fiel sumiso/a.


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