Eyaculación femenina o squirting

Existen temas de ámbito sexual todavía nuevos para muchos, para algunos por descubrir y otros que nunca los llegaran a conocer. Por suerte disponemos de muchos medios y de nosotros depende obtener la información que nos guie a disfrutar del sexo de forma libre y plena, y elegir el manual de juegos que facilitarán la complicidad sexual de la pareja como algo extraordinario.

Queda comprobado que lo del squirting no es una leyenda urbana, doy fe de ello, pero no os dejéis llevar por la pasión y creáis ciertos todos los videos que internet os ofrece.

Para que se produzca la eyaculación femenina o squirting es imprescindible tocar el punto justo, y digo tocar porque es más fácil que se cause gracias a un intenso trabajo manual que con la penetración. 

Centraros en la búsqueda del punto G, que se encuentra en la cara interior de la vagina, detrás del hueso púbico, con una textura rugosa al tacto, y está estrechamente relacionado a la glándula parauretral o Glándula de Skeene donde se genera el líquido. Si la excitación no se trabaja bien no se llenan de fluido las glándulas uretrales que son las que provocaran la eyaculación. Estas glándulas varían de tamaño de una mujer a otra por lo que de esta suerte será más o menos intensa la cantidad de fluido expulsado.

Labor inquebrantable: provocar y excitar colmadamente a la mujer, ya que va a probar algo nuevo, diferente y tabú, y la primera vez va a ser difícil aceptar el hecho de que nosotras también podemos hacerlo. El apetito sexual en la mujer se curte en el pensamiento por eso es importante que se sienta cómoda. En este caso sería conveniente vaciar la vejiga antes del encuentro sexual para que llegado el momento de la eyaculación deje salir los fluidos sin la incomodidad de creer que sea orina. En el proceso de eyaculación se puede llegar igualmente al orgasmo (no siempre va asociado), produciéndose una sensación de mucho más placer si cabe.

Transformarte en una chica squirt sólo requiere ser tratado con afanoso entusiasmo. No te resignes a vivir sin disfrutar de estos placeres tan inmensos, pero sin ambición, deja a otros la dicha de provocarte semejante reacción. 

Una vez más, también en este juego, puedes tener a tu lado los juguetes que te hacen vibrar abriendo la posibilidad al factor sorpresa al alcance de tu amante.

Vivir esta experiencia puede ser un privilegio y… “como no es lo mismo vivirlo que contarlo”, voy a darme permiso para conocer mi capacidad de sentir tanto placer como sea posible.