En uno de esos canales que forman la nueva era televisiva, que nutre
nuestros insomnios con fabulosos documentales donde se nos dan a conocer
insólitos y curiosos detalles del mundo, vi las estadísticas de un estudio
realizado sobre el orgasmo femenino, confirmando que nosotras las mujeres gozamos
de mejores orgasmos si estamos enamoradas de nuestra pareja.
Sin contradecir ese estudio, que seguro por lo poco que sé y
lo poco o mucho que hablo con mis amigas, tiene un 99% de razón. Sin duda
nosotras requerimos de mayor estimulación emocional para aumentar la intensidad
y la concentración en la relación sexual.
No por eso deja de ser interesante, para nosotras, el sexo sin amor donde juega un importante
papel la clandestinidad,
el morbo y lo improvisado de la acción. ¿Acaso no has pensado alguna vez que te
has sentido atraída por alguien a quien no conoces a fondo, en una tórrida y
momentánea relación que satisfaga tus propios deseos usando a la persona como
un mero objeto sexual exclusivo para ese instante?
¿Y por qué imaginarlo es fácil y al pensar hacerlo se nos evapora
la idea?
En una revista Cántabra leí: “Tener sexo con alguien es simplemente eso,
un buen recuerdo sexual (o uno muy malo en el peor de los casos), un espacio
para el disfrute de ambos, una sensación plena y duradera, en la que los
sentimientos nunca se ven involucrados.”
Pensamiento muy bueno a mi parecer cuando estás soltera evidentemente y en
espera de encontrar a tu alma gemela para formar pareja estable, ya que en el
fondo todas buscamos una pareja que se involucre
emocionalmente y demuestre interés por nosotras, antes, durante, y después del
sexo.
La nueva tendencia, o a lo mejor
no tan nueva y es que yo he estado desconectada y sumida en otra generación, es
encontrar tu Sex Buddy, o lo que aquí se llama amigo con derecho a roce. Se
trata de tener un compañero sólo para sexo, con la idea de encontrarse con
cierta regularidad y brindarse un poco de placer mutuo sin tener que dar
explicaciones y sin compromiso. No hay que ocuparse de conquistar o de ligar,
aquí no hay que desgastarse en darle mantenimiento a la relación, ya que lo
único que une es el sexo.
Pero nada está exento de obstáculos. Para ello se requiere mucha
fortaleza emocional ya que los sentimientos nunca pueden entrar en juego, no
debemos sentir la tentación de cogerle de la mano en público o mandarle mensajes
a la mañana siguiente. Debemos conservar hermético el corazón para no engancharnos
y ser conscientes que en cualquier momento pueden dar por finalizada la
relación sin darnos explicación alguna.
Aunque yo sigo pensando que guardamos oculta, en un trocito
de nuestro corazón, la ínfima esperanza de que ese amigo esconda al príncipe de
nuestros sueños.
Como resultado final, acertada o disparatada, atractiva o
pervertida, conveniente o inmoral, tener sexo entre amigos y sin compromisos en
algunos países ya es la nueva tendencia entre las nuevas generaciones. ¿Y
nosotras, nos apuntamos a la espera de nuestro príncipe con un sex buddy?
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