Estos días he permanecido sumergida entre las páginas de un
libro de Yolanda Saenz de Tejada, donde la mezcla de poesia no está reñida con la pasión o el sexo, que
ha prorrogado mi vida en un paréntesis, para reproducir en mi interior agudas emociones
a través de sus personajes.
Un libro donde el sexo
se convierte en poesía y la pasión, el desenfreno o hasta el uso de juguetes con un
extraño, resulta altamente atractivo. Donde las conversaciones revestidas de
índole sexual, reveladas o silenciadas entre amigas, nos recuerdan nuestra
propia experiencia.
Vivencias de mujeres entre las que me he sentido identificada,
voluptuosas amantes de la vida hasta límites insospechados. Pero no exentas al deshonor,
a la venganza y al desasosiego que tristemente se presenta a golpes ante
nuestra vida sin cita previa.
Tal vez lo que la hace más bella sea eso. En cualquier
momento nos recuerda que todo se encamina a un final. Pero está en nuestras
manos encontrar el erotismo de cada trayecto para intensificar con dulzura el
sabor de los días.
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Gracias por vuestra participación en mi Blog. Por querer compartir conmigo la perseverancia que mantiene la pasión y dar ese toque sensual necesario a la vida cotidiana.
Solo contestaré a comentarios que crea que lo requieren, pero aprovecho para agradeceros tan grato alimento. Saludos.