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lunes, 15 de octubre de 2012

Hombres con gusto y estilo. (Metrosexual)


El metrosexual es un hombre que se exige buen aspecto, siente gran preocupación por su imagen y se caracteriza por gastar en cosméticos y en ropa bastante más que la media.

“Hace unos días viví una mágica noche de "baile", con un ligero grado de alcohol transitando por mis venas que calentaba el epicentro de mi sexo. Y capturé una viril “victima”…”

Le gusta vestirse siguiendo la moda, lleva impecables las uñas, cuida su piel usando cremas que evitan arrugas y usa sofisticados perfumes para marcar su esencia. Puede ser homosexual, heterosexual o bisexual. Lo que importa es que se "gusta" a sí mismo y no tiene miedo a manifestarlo de forma evidente.

“Besé, lamí y mordí unos pezones carentes de rizos. Entretanto arqueaba sus cejas casi perfectas en el placentero devenir del sexo.”

Los metrosexuales heteros no son menos "masculinos" ni dejan de serlo por ello y probablemente consigan ser mejores amantes con las mujeres que en su homólogo tradicional.

“Recorrí besando el insinuante canal rasurado que descendía como una flecha hacia su abultado y moderno slip y sorprendida (porque mi limitada mente creía que esa lencería estaba creada exclusivamente para Gays) contemplé su lado más varonil con un miembro deliciosamente destacado.”

En una sociedad eclipsada por “la perfección del cuerpo” no es de extrañar que cuidar la imagen se esté convirtiendo en un valor en alza de forma igualitaria en ambos sexos.

“De poco no necesito hacer sexo para correrme, porque a tanta belleza no están acostumbrados mis ojos, que provienen de otra generación donde la virilidad de un hombre se mide por la abundancia de vello y, sinceramente, no hay nada más odioso que se te enrede la lengua en un tupido bosque y que rompa la excitación creada en la felación la arcada de un engorroso pelo en la garganta.”

Por fin parece que muchos hombres se sienten "liberados" de la imagen tópica de "macho" que ha caracterizado al varón por siglos y nos deleitan con chocolatinas en sus torsos y sus falos libres del característico camuflaje velludo.



La situación del pubis afeitado


2 comentarios:

  1. hace tiempo que le dije a mi marido que si a él le gustaba que yo estuviera depilada, a mi también me apetecía poder acariciarlo sin sentir la rugosidad del vello. Parece que lo pensó y accedió, y desde entonces el sexo es mucho más placentero, aunque dista aún de ser metrosexual.....
    todo se andará. ;)

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    1. Comparto tu gusto por la suavidad de la piel en un hombre, pero me encuentro tanto vello que me parece una crueldad hablarle de la cera, asi que ha optado por rasurarlo. Y ahora pincha. Por suerte el sexo sigue igual de placentero y, mirando el lado positivo es otra forma (Sado-Light) de sentir.

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Gracias por vuestra participación en mi Blog. Por querer compartir conmigo la perseverancia que mantiene la pasión y dar ese toque sensual necesario a la vida cotidiana.

Solo contestaré a comentarios que crea que lo requieren, pero aprovecho para agradeceros tan grato alimento. Saludos.