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miércoles, 17 de julio de 2013

SWINGERS. ¿Compartimos?

“Los swingers comparten con el amado la experiencia de tener sexo con otras parejas, gozando de una relación puramente física dentro de la cama, y probablemente amistosa fuera”.


Si lo que buscas son otras formas de activar la chispa o el deseo sexual con tu pareja y complacerla, puede ser esta una buena manera. Pero antes de tu primera experiencia en un ambiente liberal es muy importante que te armes de juicio para aclararte a ti y a tu pareja lo que estás dispuesto a hacer y a lo que estás dispuesto a verle hacer. En esos momentos, el punzante deseo sexual por la novedad puede cegar de forma peligrosa, arrinconando al compañero y arrastrándole a una experiencia dolorosa.

Si por el contrario, es tu pareja la que te plantea vivir una relación abierta, ahoga ese grito histérico a lo desconocido y asesórate sobre el mundo swinger, porque sea en un local de intercambios o a través de contactos en la red la experiencia promete ser una fuente de placer que amplifique vuestra intimidad. Recuerda que para ello es preciso conocerse sobradamente y hablar, hablar, y tomarse el tiempo de asimilación necesario ante tan gran pericia antes de practicarla. Es esencial (para que funcione) que los dos sintáis lo mismo y estéis de total común acuerdo. Conviene ser tenaz exprimiendo lo básico y esencial en una relación, la comunicación, y ponerla en infinita práctica para no caer en malos entendimientos que puedan dañar la confianza o la integridad de la pareja.

En el intercambio swinger hay un juego previo para acercarse a otra pareja, cargado de riguroso respeto entre los implicados, como en cualquier otro ámbito si queremos que nos respeten hemos de empezar respetando nosotros. El punto central es compartir, compartir las sensaciones —nuevas, excitantes— de ver a tu pareja copular con otra persona mientras se hace lo propio. Eso sí, compartiendo el mismo espacio y unánimes en sentimiento, reforzando la unión, pero disfrutando sexualmente con otras personas.

Tal vez sea hora de que nosotras tomemos la iniciativa o probablemente así sea entre swingers y cambiemos el antiguo modo sexual que siempre acaba en penetración como última meta y lo reemplacemos por el juego erótico y la complicidad que ello genera, como la más sensual fuente de placer que nos gratifique con mayor conocimiento de su cuerpo y como no, del nuestro.

Supongamos que esta vez ajusto mis medias con un liguero y, sobre él, un diminuto tanga que podré apartar o quitar para mostrar mi zona húmeda llegado el momento. Y tú lo sabes. Supongamos antes de estrenar experiencia que realzo mis pechos aumentando el efecto de su volumen o no, quizás sólo los cubra sin apenas sujeción con una capa de fina lencería y, al igual que mi pareja, portaré allá donde me mueva la estela de un delicioso aroma de perfume. Y tú lo intuyes. 

Supongamos que como neófita entusiasta no llevo conmigo mi predilecto we-vibe o alguno de mis privados juguetes, o sí, y lo mantengo oculto en mi bolso para no arrepentirme de estar lejos de él si lo echo de menos. Y tú lo sospechas.

Supongamos que lo deseas igual que nosotros. Preferible que evites nuestro contacto. Tal vez quien comparta nuestro nexo con el tiempo cree una lazada de amistad, pero para no romper la que ya nos une requerimos que nunca nuestra ofrenda sea conocida.

El solo hecho de poder plantear la posibilidad de incluir a terceros en la cama de la pareja habla de un nivel superior de comunicación entre ambas partes. El poder expresar libremente las fantasías o deseos al otro y mostrarle tus rincones más oscuros sin magullar su sensibilidad, habla de una vasta madurez necesaria para sustentar los deseos y los límites ajenos. En definitiva, conseguir una pareja de gran calidad sexual no es difícil si se tienen en cuenta esos pequeños en cantidad pero grandes en efecto consejos de comunicación.

Y concluido el aprendizaje, de lo que de nosotros fue, en ningún sitio quedó recogido, tan solo la sombra de un recuerdo dice que mantuvimos siempre activamente la complicidad en otro novedoso juego.

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Gracias por vuestra participación en mi Blog. Por querer compartir conmigo la perseverancia que mantiene la pasión y dar ese toque sensual necesario a la vida cotidiana.

Solo contestaré a comentarios que crea que lo requieren, pero aprovecho para agradeceros tan grato alimento. Saludos.