Una vez más es el sexo el elemento que ocupa el 60% de nuestra
vida. Y el 95% de nuestra mente.
Volvemos. Nos encontramos
de nuevo concentrados en el punto de partida. Retornamos con calma, sonriendo
de nuevo a la gente que vuelve en pequeños grupos con el mismo regocijo de sentirse
en casa y la misma pesadumbre que nosotros por convertir el asueto en recuerdo al
instante de la llegada. Con el sabor apenas digerido del final de las
vacaciones, donde el ocio predecía ser lo único importante.
Llenamos las calles de vida otra
vez, pensando ya en ordenar la rutina diaria: la maleta al altillo, la ropa a
su lugar de origen, la metódica limpieza de la casa, los preparativos de la
vuelta al cole... y nosotros; no olvidemos compensarnos nosotros.
Durante el descanso de vacaciones, aun sin apenas esfuerzo,
se fomenta el placer de las relaciones. Los
casados o atados de algún modo a una vida familiar no nos hemos dedicado por
completo al sexo, ya sea; por tener los niños cerca, los abuelos (quizá peores
que los niños) o rodeados de queridos amigos que pretendían animar otra clase
de fiesta; o tal vez no hemos dispuesto bien el tiempo (libre) para saciarnos nosotros
y fortalecer el sustento de la pareja.
Es hora, ya finalizado el periodo vacacional, de buscar esos
momentos de intimidad, aunque pueda parecer egoísta y, encomendar a los niños, por
un día, por un rato, por unos instantes que para nosotros parecerán una
eternidad una vez saciado el sexo y ver al cómplice satisfecho.
Deshazte del síndrome
posvacacional; cambia de look (de peinado también si quieres), de estilo, pero
sobre todo abre el cajón secreto donde guardas tus longevos juguetes y renueva
los que tienes. Los fetiches también envejecen y, ya que la pareja no se cambia
fácilmente, te revitalizará ver y probar colores y formas nuevas. Busca y
encuentra el que se adapte a tus fantasías o el que más te sorprenda para sentirte
imperioso y afrontar la rutina con optimismo.
Prepara esa noche una cena
especial para dos, otorgando el tiempo necesario a los “postres”, y prueba
nuevos juegos y tus nuevos juguetes con el consentimiento de tú aliado.
Amplía la confianza y la excitación que provoca la complicidad
entre seres. No sólo las vacaciones han de ser lo bueno de la vida, lo bueno ha
de ser vivir cada día y ese cada día lo hechizamos nosotros con un mínimo de
dedicación.
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Gracias por vuestra participación en mi Blog. Por querer compartir conmigo la perseverancia que mantiene la pasión y dar ese toque sensual necesario a la vida cotidiana.
Solo contestaré a comentarios que crea que lo requieren, pero aprovecho para agradeceros tan grato alimento. Saludos.