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lunes, 7 de noviembre de 2011

Cena, en casa, para dos.

Idea robada a un eficaz ex-amante, espero sepa perdonarme.

“Sin querer hacemos habitual y rutinario hasta el amor. ¿Quién no ha preparado una cena en casa para su pareja esmerándose en la decoración de la mesa incluso en el propio menú pero con la ropa de estar por casa o el pijama?”

Esta vez NO romperé la libido de mi amante con los calcetines de invierno y las zapatillas puestas.

Paso la semana pensando en un sugerente plato que resulte sencillo y relativamente rápido de hacer recorriendo en mi imaginación los que he degustado en diferentes restaurantes y trato de reconocer sus ingredientes y posible elaboración.

Opto por el pescado, aunque no gusta a todo el mundo, parece una vez presentado en el plato con sus almejitas como más exótico y elaborado por poca faena que dé. Lo importante es asegurarte de las preferencias de tu pareja.

De primero una socorrida ensalada en la que lucirán variedad de colores como el rojo del tomate, amarillo de maíz, naranja de zanahoria… rematada con toque de queso o jamón serrano, y habré podido preparar con un poquito de antelación.

Y por supuesto tendré el mejor vino para acompañar.

Pero lo que sin duda hará brillar la velada son los detalles.

El día previsto, una vez reunidos todos los ingredientes, empiezo la preparación horas antes para que cuando llegue cansado y hambriento le envuelvan los aromas culinarios. Le ofrezco una copa de vino como aperitivo (creará ambiente) y le invito a ducharse y vestirse como el que acude a su primera cita.

Yo lógicamente hago lo mismo y me engalano con sensual lencería que se insinuará a través de la ropa, me maquillo y me perfumo para sorprenderle, no ha de faltar el indiscutible elemento erótico,  mis vertiginosos tacones. 

Mientras la cena recibe el toque de horno que hace distinta la apariencia a un mismo plato, enciendo unas velas como centro de mesa, inevitablemente el ambiente empieza a sentirse cálido. Las niñas duermen… pero esta noche es nuestra.

Cenamos EN CASA a la luz de las velas una cena que por el preámbulo, la ropa y nuestro perfume ni el mejor chef la supera y dejo al gusto de mi amante la tentación del postre…

Deliberadamente he insinuado a su vista aromáticos aceites de nuestro sex-shop personal.

Schuuuuu… tendrá que ser silencioso… las niñas duermen, pero no por eso será menos excitante.

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Gracias por vuestra participación en mi Blog. Por querer compartir conmigo la perseverancia que mantiene la pasión y dar ese toque sensual necesario a la vida cotidiana.

Solo contestaré a comentarios que crea que lo requieren, pero aprovecho para agradeceros tan grato alimento. Saludos.